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sábado, 20 de janeiro de 2018

MI INICIACIÓN

MI INICIACIÓN
Dante Fabián Humacata Pérez
Respetable Logia Perseverancia Nº 187- Valle de Jujuy - Argentina

Luego de vagar años sin guía, buscando los pasos que debía seguir para encontrar algo que anhelo hace tiempo me dispuse a entrar en esta Institución, en busca de un grupo de iguales, con pensamientos afines, buenas personas que busquen la perfección de las virtudes y sigan el camino de lo correcto y el bien, llene el pedido dirigido a la Masonería. Luego de unas semanas fue grande la sorpresa el saber que había masones en Jujuy, y más aún cuando recibí la llamada de quien supe después sería mi VM, “sorpresa y entusiasmo” fueron mis primeras impresiones. En el aplomo trate de responder con lo creí era mi verdad, esa de la que era consiente pues sé que mi realidad no es igual a la de los demás y consideraba que ser franco era necesario, para evitarles ingrese alguien que no sea digno, lo que considere era importante para la Orden aún a costa de que no sea aceptado, guardaba celosamente un profundo respeto por ella, creí que les debía eso, por lo que respondí todas las preguntas y evite hacer las que eran innecesarias o las que por el hecho de no ser miembro aun no correspondía preguntar. Preferí quedar con algunas dudas e intrigas. Luego de pasado un tiempo y no recibir respuesta alguna sobre el día de mi iniciación, me preguntaba si había algo dentro de mi solicitud o si habiendo sido investigado no reunía los requisitos necesarios para ser miembro, resignado decidí seguir esperando, hasta que me contactaron para decirme que no habiendo objeciones prontamente me iniciarían. La tranquilidad me invadió y solo quedo la espera de ese día. Sabiendo lo que significaba ingresar deje de preguntarme en qué consistía que no hubiera conocido ya que desde temprana edad me avoque al estudio de disciplinas esotéricas e Instituciones similares. En el momento de mi iniciación luego de una larga espera en una funeraria de la ciudad de salta ningún tipo de sentimiento o emoción me invadió, la venda en los ojos al ingresar al Templo, el entregar mis posesiones personales no generaron duda alguna respecto a su futuro destino si me serian devuelto o no, ni tampoco la amenaza sobre la muerte de quien me había conducido hasta este lugar, los diferentes ruidos, la soga en el cuello, las palabras que buscaban me retraiga de la decisión, seguí permaneciendo vacío y sobrio en cada etapa, trataba de intuir con mis otros sentidos que era lo que pasaba en ese recinto, la conducción por diferentes lugares hacían parecer estaba en un lugar similar a un laberinto con escalones de diferentes tamaños y ubicaciones, el aislamiento dentro de la cámara de reflexiones, los objetos que había allí tampoco causaron impresión alguna, pero si una idea cruzó por mi mente: “volver a nacer”, y me dispuse a responder las preguntas con la mayor sinceridad posible teniendo en cuenta no las definiciones que había aprendido alguna vez sino lo que realmente pensaba de cada una, en mi razón, la espada contra mi pecho tampoco causo impresión alguna, las promesas de silencio y muchas de las cosas que decían eran deber de un francmasón ya lo tenía incorporado, no me sentí amenazado ni indefenso, la confianza fue total, la excomulgación tampoco causo pesar en mí. Los tres viajes si me causaron confusión pues no pude interpretar a que hacían alegoría a los diferentes caminos pero al escuchar sus significados sabía que mi vida ya estaba encaminado a eso: vencer las pasiones, el fanatismo y buscar ser virtuoso, en el segundo viaje sobre la lucha con la constancia, cuando escuche sobre la prueba de sangre me sentí dispuesto si así hubiese sido, pues pensé que cualquier cosa valía la pena pagar como precio por encontrar algo que ordene mi vida y que me dé a conocer el método para lograrlo, también cuando escuche sobre la prueba de la señal de fuego marcada en la piel, nada hizo que dudara a sacrificarme si así hubiese sido, en el tercer viaje al momento de beber el trago amargo no tuve dificultad alguna, y fue aquí donde unas palabras me conmovieron, las referidas a la fraternidad, las palabras de “Luz” que se repetían todavía siguen en mi mente y más aún al descubrirme la vista donde todos apuntaban hacia mí con una espada me di con un rostro conocido de un Q.H. que había estado todo el tiempo a mi lado investigándome, del que nunca me imaginé fuese parte, ni me di cuenta de su labor que fue impecable, esa fue la mayor sorpresa de ese día. Solo en una cosa creo haberme equivocado al decir que lo más importante no era lo que esperaba de la orden sino lo que podía ofrecer, pues encontré otras de igual valor: el conocimiento de un método para llegar a la excelencia que podía armar el rompecabezas que tenía en mi mente de lo aprendido en mi vida y el encontrar un grupo de Hermanos Fraternos dispuestos a todos el uno por el otro. 

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